ACTUALIDAD
Agustinos en Centroamérica: votos solemnes de dos religiosos, ejercicios espirituales y asamblea de la Delegación
Como es habitual en cada comienzo de año, los agustinos de la Delegación de Nuestra Señora de la Paz de Centroamérica, procedentes de Costa Rica, Honduras y El Salvador, se han reunido la segunda semana de enero en el Seminario San Agustín de San José (Costa Rica).
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Llegados de las comunidades agustinas situadas en los países centroamericanos antes citados, se han juntado diecisiete hermanos de la Delegación con la finalidad de asistir a la emisión de los Votos solemnes de dos jóvenes profesos, tener los Ejercicios Espirituales anuales de la Delegación y la Asamblea.

Vida de la Delegación
Los días 9 al 13 de enero los agustinos de la Delegación de Centroamérica han podido disfrutar de las meditaciones del Hno. Álvaro Rodríguez Echeverría, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (la SALLE), quien, desde su experiencia como Superior General de su congregación, y con una profunda sensibilidad, reflexionó en torno al tema de “la mística del encuentro”, una “mística de ojos abiertos”, y cuyo asidero es el comportamiento característico de Jesús: ver, conmoverse, actuar.
En la apertura de los Ejercicios Espirituales tuvo lugar la Profesión Solemne de Fr. Norlan Moisés Rápalo Rápalo (Honduras) y de Ronald Enrique Céspedes Jiménez (Costa Rica), ante el Superior Delegado, P. Glen de Jesús Aráuz. Y, al final de los mismos, la celebración de la Asamblea anual de la Delegación, un momento propicio de encuentro, diálogo y compartir fraternos, justamente cuando comenzará a ponerse en marcha el programa de un nuevo cuatrienio y la constitución de las comunidades. Cada hermano ha partido a su nuevo destino robustecido con la alegría que genera el encuentro y el saberse y sentirse todos agustinos.
Conocedores de las dificultades, pero llenos de mucha esperanza, los agustinos de la Delegación de Centroamérica continúan trabajando con entusiasmo en Costa Rica, El Salvador y Honduras, con el deseo de caminar fraternalmente y abiertos a la acción del Espíritu Santo, auténtico y verdadero protagonista de toda misión.