Marisa Puente Ricoy, Orientadora de Secundaria en el Colegio San Agustín de Madrid, explica que la situación en muchos casos sobrepasa a los niños, bien porque no logran entender lo que está sucediendo, bien como en el caso de los adolescentes, porque les cuesta aceptar dicha realidad. “Los padres -subraya- tenemos que entender tanto a los niños como a los jóvenes, que no son pequeños adultos, y debemos explicarles la situación actual en función de la edad”.
Otra de las claves que da Marisa es que no se deben ignorar los miedos o dudas de los más pequeños. “Es importante utilizar un lenguaje adaptado a su edad -apunta- porque si no explicamos bien lo que nos preguntan recurrirán a argumentos fantasiosos para compensar la falta de información”.
Encontrar el punto de equilibrio siempre es un buen objetivo, en este caso para “hablar con frecuencia sobre el tema, sin saturarles; para hablar con normalidad y no convertir el coronavirus en un tema tabú”. M. Puente propone promover espacios de encuentro para la comunicación entre padres e hijos donde los niños se sientan seguros y tranquilos para expresar, escuchar y preguntar cualquier cuestión que les preocupe.
María José González, madre de dos alumnos del Colegio San Agustín de Salamanca, de 1º de la E.S.O. y en 1º de Bachillerato, cuenta que sus hijos, gracias al colegio llevan esta situación bastante bien, porque “por las mañanas conectan con profesores y compañeros y mantienen las rutinas de trabajo”.
Mª José destaca “los retos” que el colegio pone a los alumnos, además de lo estrictamente académico, y que les mantiene muy entretenidos. Les proponen hacer vídeos en el que participan muchos niños del colegio haciendo algo concreto, que luego editan los profesores para que todos los vean: “Mis hijos están deseando q llegue el vídeo de vuelta, para ver a sus compañeros y profesores y reírse un rato. Hoy al levantarse se han encontrado con un vídeo muy bonito y emotivo de su tutor mandándoles un mensaje de ánimo y esperanza. Estoy segura de que eso sólo pasa en nuestro colegio”.
Autónoma, Mª José ha tenido que cerrar el negocio que tenía con la consiguiente preocupación económica que eso supone: “He tenido que cerrar la guardería, pero más importante que lo económico es la salud de todas las personitas que cuidábamos y a las que cada día q pasa echo más de menos. Sólo le pido a Dios que esto pase pronto y nos volvamos a ver a reír y a abrazar todos pronto”.
Éste no es un caso aislado. Son muchas las familias que de la noche a la mañana han visto que su seguridad y estabilidad se convierten en un inmenso interrogante. Y todo ello sin poder dejar al margen de la preocupación a los niños, que se dan cuenta de todo.
Marisa Puente explica que es importante ser conscientes de que esto no es un mal sueño: “Hay que afrontar la realidad. Estamos acostumbrados a la inmediatez. Quizás en estas familias que se encuentran una situación de trabajos que se pierden temporalmente tengan que aprender a prescindir de cosas y poner a prueba su capacidad para adaptarnos a una situación nueva”.
Esta Orientadora de un de los colegios que los Agustinos tienen en España insiste en que es un momento de gran aprendizaje en el que nuestra flexibilidad y capacidad de adaptación saldrán reforzadas.
También son días de “aprender a convivir con la soledad”, explica. Por muchas opciones de conexión que tengamos actualmente, el contexto invita a mirar hacia dentro, a reflexionar, a resituar nuestras prioridades y también a resituarnos nosotros mismos ante el mundo.
La Educación Emocional en los colegios Agustinos
Por todo ello, además de estar pendientes de que los más pequeños saquen adelante todas esas tareas que les piden sus profesores, también se debe atender a todo eso que sucede en el interior de las personas, que no hace ruido y nadie evalúa, pero que es tan relevante a nivel personal como todo lo demás.
“Vivid este tiempo como una oportunidad de disfrutar en familia -dice Marisa en una carta que ha mandado a las familias de su colegio-. Buscad momentos para compartir y para estar a solas, para arreglaros o para vestir la mesa de fiesta. Preparad sorpresas para los demás. Vestid las ventanas de mensajes positivos. Buscad viejas fotos y recordad la historia familiar”.
“Ocupaos de los vuestros -añade-pero no olvidéis el autocuidado físico y psicológico. Hay que estar fuertes para poder ayudar a los demás”.
Simona Lezhardi también vive en Salamanca y tiene dos hijas, de 5º de Educación Primaria y 4º de la E.S.O., a las que les cuesta no poder salir de casa. Ella quiere mostrar su agradecimiento al colegio y a los profesores que están muy pendientes “incluso los fines de semana” utilizando la tecnología y las redes sociales para mostrar su cercanía a las familias y a los alumnos.
“Hay iniciativas, como los retos que les proponen a los chicos, que nos están gustando mucho y con los que además de estar entretenidos, nos divertimos todos”.
Desde los colegios agustinos queremos mostrar cercanía a las familias y transmitirles esperanza. A pesar de las dificultades, que las hay, y de la pena por no poder estar junto a las personas que queremos, la coyuntura actual ofrece una gran oportunidad para compartir tiempo en familia, para crecer en la fe y para aprender a querernos. Más que nunca es fundamental estar emocionalmente cercanos y disponibles para los hijos, tengan la edad que tengan.