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Las parroquias Sor Ángela de la Cruz y Santa María de la Esperanza, destinatarias de la campaña de solidaridad de los estudiantes del Colegio Mayor Elías Ahuja
En el colegio mayor todos los años el mes de marzo está marcado por la fiesta de fin de curso. En esta ocasión, sin embargo, el Covid-19 se interpuso en uno de los planes que más ilusión hacen a los colegiales. Pero éstos decidieron que una situación tan excepcional como la que estamos viviendo exigía un gesto de altura por su parte. Y se pusieron manos a la obra.
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Álvaro Nieto, el subdirector del Colegio Mayor Elías Ahuja, uno de los colegios mayores que los agustinos tienen en Madrid, insiste en que la iniciativa ha sido de los jóvenes, que reaccionaron rápido cuando vieron que celebrar la fiesta de fin de curso iba a ser imposible.
Había que decidir cómo se devolvía el dinero, pero los estudiantes propusieron algo mejor: invertirlo en una campaña de solidaridad y colaborar con Cáritas a través de dos de las parroquias que atienden los Agustinos en Madrid.

Leche, legumbres, harina, conservas, galletas, chocolatinas para los niños, pasta y caldo. Esa fue la lista de la compra después de hablar con los responsables de los párrocos de Sor Ángela de la Cruz y Santa María de la Esperanza y que se concretó en 1.800 kg de compra.
Irán destinados a familias a las que atiende Cáritas y otras, a las que la pandemia ha puesto en una situación crítica y de vulnerabilidad.
A menudo se transmite una imagen de los jóvenes un tanto frívola y alejada de los problemas reales. Pero historias como ésta demuestran, que una vez más, generalizar es injusto y que la juventud puede llevarles a divertirse en una fiesta en determinados momentos y a dar grandes muestras de generosidad en otros. Como dice el eslogan de esta campaña, «Entre todo, podemos hacer mucho».